Durante dos siglos los límites entre los reinos medievales de Castilla y Granada fueron muy estables o inestables por épocas. Esta situación llevo a que algunos pueblos de la provincia de Cádiz se les colocara una terminación o locución en su nombre relativo a esta circunstancia “La Frontera”.
Pueblos de “la Frontera”
Esto se ve claro en Jerez, Chiclana, Arcos, Conil, Vejer, siendo Castellar y Jimena reconquistadas en otro periodo más tardío. Aunque también incorporan la citada característica a su nombre.
Otro pueblo que también sigue esta regla es el municipio malagueño de Cortes de la Frontera muy próximo al límite provincial de Cádiz.
Existen otras ciudades más lejanas a la provincia de Cádiz usando este topónimo, también eran pueblos de la frontera. Son la localidad sevillana Morón de la Frontera, el pueblo cordobés Aguilar de la Frontera y los municipios onubenses Rosal de la Frontera y Palos de la Frontera, no estando estos dos últimos pueblos relacionados con la frontera granadina como los anteriores.
Desde la conquista por Alfonso X de la Bahía de Cádiz, parte de la costa y la campiña jerezana en el año 1264 y estos pueblos de la frontera, la frontera se mantuvo muy estable debido a que el reino de Granada se pertrecho la sierra de Cádiz aprovechando la orografía y se convirtió en un reino vasallo de Castilla pagando un tributo.
La Banda Morisca era la frontera
La frontera del reino de Granada con el reino de Castilla fue a veces una tierra de nadie, peligrosa, llamado por algunos autores como la Banda morisca o “La Frontera”.
Durante su duración, este territorio de frontera tuvo una gran importancia militar, política, económica, religiosa y cultural. Fueron más de dos siglos de luchas, rapiñas, raptos, intercambios culturales, comercio legal e ilegal que justifico cargos militares exclusivos para la zona como el Adelantado Mayor de la Frontera. El ideal caballeresco se mantuvo, a posterioridad que en la más avanzada Europa por los contrapuestos espíritus de la cruzada cristiana contra la yihad islámica, dado que era la frontera entre dos grandes religiones no solo dos reinos.
Las plazas fuertes de la frontera del lado nazarí solo fueron cayendo a cuenta gotas junto con pueblos como tarifa y Gibraltar hasta que finalmente en los últimos lustros del siglo XV con la unión de Fernando e Isabel la católica se creó un reino poderoso. Reyes con el ansia de devolver para la cristiandad la totalidad de la península ibérica y por tanto los territorios que hoy en día son la provincia de Cádiz.
Estos son los años de la reconquista para los pueblos de Cádiz en los que ha permanecido el citado apelativo en su nombre: Jerez (1264), Chiclana (1264), Arcos (1264), Conil (1265), Vejer (1285), Castellar (1434), Jimena (1456) y, en Málaga, Cortes de la Frontera (1485).
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